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Llego el tiempo de las vacaciones, tiempo para ti. Por Matilde Brox

Llegan las vacaciones de verano, ese tiempo tan codiciado que todos estamos esperando Tras duros meses llenos  de obligaciones, por fin podremos olvidar la rutina, el trabajo, el jefe,  el colegio de los niños,  los atascos… estamos deseando desconectar y hacer un paréntesis en nuestro día a día.

Pero ¿sabemos hacerlo? O ¿nos cuesta tanto que es imposible conseguirlo? Son muchas las personas que no logran nunca disfrutar del todo de esos merecidos  días.  A veces estamos físicamente de vacaciones pero no nos desenganchamos del todo de la actividad y las preocupaciones diarias.

Vacaciones

¿Qué podemos hacer para  apartarnos del estrés y disfrutar de nuestro tiempo libre?

Primero, es necesario conocer  la importancia  del cambio de hábitos en nuestra salud y bienestar emocional. Es muy importante entender la importancia de recargar las pilas, de conseguir alejarse de las obligaciones laborales y de  reponernos del  cansancio tanto físico como mental que se ha ido  acumulando día tras día en nosotros. El descanso se convierte en una necesidad real.

Después, marcarnos unos objetivos claros de cara a las vacaciones.

Consejos

  • Deja todos los asuntos importantes de tu trabajo resueltos y terminados, así evitarás que algún asunto te incomode durante esos días. Si algo queda pendiente, que otras personas se puedan ocupar de ello. No te sientas imprescindible y aprende a delegar. Con esto evitarás tener que mirar el correo electrónico y teléfono constantemente.
  • Haz una planificación previa de tus vacaciones. Elije bien la gente con la que vas a salir y el destino,  un lugar para estar a gusto, donde poder recargar las pilas.

 

Acuérdate que las vacaciones te ofrecen

Un tiempo para cuidarte

  • No olvides cuidar de tu alimentaciónpero también puedes darte algún placer con la comida, disfruta de la gastronomía de los sitios que visites.
  • Aprovecha paradormir el tiempo que necesites, también puedes disfrutar de la siesta,  intenta descansar sin preocupaciones.
  • Practica algo de  ejercicio físicoal día, nadar, montar en bici, pasear al aire libre. El ejercicio te reportará salud, energía y vitalidad. No caigas en la tentación de no hacer nada porque esto te hará sentirte más cansado, simplemente caminar por la playa ya es un buen ejercicio para mantenerte en forma.

Un tiempo de ocio

  • Dedicado a ti mismo, a tu bienestar haciendo las cosas que te gustan. Es el momento ideal para hacer esas actividades que a lo largo del año no has tenido tiempo.
  • Puedes hacer excursiones, visitar un pueblo, ver el mercado de una  ciudad,   buenas maneras de conocer rincones agradables y desconocidos que te aportarán cultura y distracción.
  • Recréate con actividades que alivien tu estrés, como escuchar música, darte un baño relajante, cocinar, cambiar la  decoración, poner orden en  tus cosas, pequeñas cosas que te harán disfrutar.
  • Es un buen momento para el placer de la lectura, para ir al cine, al teatro, conciertos etc. Ahora sí tenemos tiempo.

Un tiempo para las relaciones sociales

  • Comparte momentos felices con los demás y busca  tiempo para disfrutarlo con tu familia, hijos y amigos, aprovecha para estar con ellos y olvidar enfados y tensiones del día a día.

Rutinas que te ayudarán a desconectar:

  •  El móvil, el ordenador y la tablet son dispositivos muy útiles pero que a menudo crean dependencia, es bueno, sobre todo en vacaciones, racionalizar el tiempo de uso.
  • El móvil es un obstáculo para centrarse en otras tareas, ahora es buena idea tenerlo apagado, o no atenderlo si no es imprescindible.
  • No revises los correos constantemente, mejor dedícales solo unos minutos al día.

 

No olvides decir adiós

  • A los horarios rígidos y a las obligaciones.
  • A las prisas, ahora eres dueño de tu tiempo.
  • Al estrés de  estar permanentemente conectado.
  • A la ansiedad y al mal humor del día a día.

Y no olvides que para que, pasadas las vacaciones,  el regreso a la rutina sea más llevadero es  aconsejable ir acostumbrándose a los nuevos horarios poco a poco,  sobre todo en temas de comidas y sueño. Así conseguirás que  la vuelta  sea un poco más fácil para ti.

¡¡Eso será más adelante porque ahora toca disfrutar!!

Matilde BroxMatilde Brox Gómez

Psicóloga sanitaria M 29186

mbrox@www.fundacionalavareyes.com

Fundación Mª Jesús Álava Reyes

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Cómo modificar las creencias sobre nuestra imagen corporal. Por Paula Hernández

Se acerca el verano y con ello un aumento de las preocupaciones sobre nuestro aspecto físico.

Muchas veces la forma de conseguir ese físico ideal no es la más adecuada y dejamos que nos afecten nuestras creencias sobre la imagen corporal descuidando algo fundamental para nuestro bienestar tanto físico como psicológico, la dieta mediterránea.

CÓMO MODIFICAR LAS CREENCIAS SOBRE NUESTRA IMAGEN CORPORAL

Estas creencias  sobre la imagen corporal, pueden hacer que saquemos conclusiones erróneas como “los hombres no me piden salir por mi peso”, “las mujeres no se van a fijar en mí”… y en numerosas ocasiones no coinciden con la realidad. Además, una imagen corporal negativa influye en la forma global de vernos, de modo que lo utilizamos para autoevaluarnos y esto puede llevar a dañar nuestra autoestima.

Es fundamental que este tipo de creencias autodevaluadoras o pensamientos automáticos los convirtamos en pensamientos más funcionales y precisos. Al tratarse de pensamientos que se encuentran profundamente arraigados, no debemos asustarnos si al principio no nos resulta fácil crear nuevos pensamientos, requiere práctica.

Una forma de realizar el cambio de pensamientos podría ser:

  1. Detecta el pensamiento automático o creencia autodevaluadora y registrarlo.
  2. Observa los efectos del pensamiento en tus sentimientos y conductas. “¿Cómo me siento cuándo pienso así?”, “¿Cómo me lleva actuar esta forma de pensar?”
  3. Replantea ese pensamiento en forma de hipótesis que pueda probarse y busca evidencias a favor y en contra. Por ejemplo, si pensamos “todos van a pensar que estoy gordo o gorda” podemos preguntar a conocidos qué opinan sobre nuestro peso.
  4. Reflexiona sobre la funcionalidad del pensamiento, para ello podrías hacerte preguntas como: “¿me ayuda a conseguir mis objetivos?”, “¿me ayuda a sentirme bien?”
  5. Ahora vamos a pensar de otra forma, busca alternativas a ese pensamiento. Para acabar con esos pensamientos, tenemos que construir otros más positivos y que no nos permitan cometer errores.

Por otro lado, no debemos olvidar la importancia de los beneficios que la dieta mediterránea tiene, puesto que entre otros, ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y las demencias. Se ha demostrado que este tipo de alimentación es beneficiosa para la salud del cerebro, del corazón y para prevenir enfermedades asociadas a riesgos vasculares como la hipertensión, la diabetes y el sobrepeso, afecciones que se asocian también a un mayor riesgo de deterioro cognitivo.

Por tanto, es fundamental tener presentes las bases de la dieta mediterránea para dar los mejores alimentos a nuestro cerebro:

  • Frutas, verduras, legumbres, pescado y cereales integrales.
  • Aceite de oliva virgen extra (u otras grasas no saturadas como las que proporcionan los frutos secos) como fuente principal de grasas.
  • Legumbres y pescado dos veces por semana.
  • Consumo escaso de sal y dulces.
  • Evitar conservantes y colorantes, optando por una cocina lo más natural posible

¡Manos a la obra, ahora toca cuidarse tanto por fuera como por dentro!