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Rabietas: Claves para saber cómo actuar y qué debemos evitar. Por Gema Valenzuela

En un post anterior explicamos por qué pueden desencadenarse las rabietas y como prevenirlas. Vamos a pasar a la acción viendo que no debemos hacer y lo que sí.

Rabietas

¿Qué es lo que no hay que hacer?

  1. Reaccionar impulsivamente: Es muy importante que los adultos no se tomen la agresividad de los niños como algo personal y saber que son reacciones pasajeras.
  2. Enfrentarse: No es conveniente pedir explicaciones en el momento en el que el niño está nervioso, ni enfrentarse a él de modo violento.
  3. Gritar: No se debe levantar la voz, si se hace se contribuye a aumentar la escalada agresiva, además de hacer de modelo negativo para el niño.
  4. Expresar sentimientos de amenaza: Estos sentimientos suelen agrandar el problema porque producen malestar y empeoran la relación a largo plazo.
  5. Intentar razonar con él: En medio del berrinche, razonar con él, solo servirá para ofrecerle más atención. Podremos hablar cuando esté tranquilo.

¿Y lo que sí?

 Aquí proponemos 5 claves para reaccionar ante el descontrol de nuestro hijo en cualquier situación:

  1. Poner una norma sobre cómo se debe comportar y su consecuencia si no la cumple: Elegir una o dos normas concretas y explicarlas cuando haya calma en casa. Podemos decir: “no se puede pegar ni pedir las cosas llorando, si esto se hace la consecuencia será…”. Debemos elegir algo proporcionado a la acción y cumplir con ello.
  2. Mantener la calma: Hay que acercarse y hablar en un tono de voz relajado. Como es muy importante que no reciba más atención de la cuenta por nuestra parte, en ese momento podemos decir: «cuando te comportas así, yo no quiero estar contigo». Acto seguido, seguimos haciendo lo que teníamos entre manos sin prestar más atención. Cuando el niño se calme debemos decirle que así es como queremos verle.
  3. Preguntar: Si el niño es mayor y domina el lenguaje se puede sugerir que comente lo que le ocurre o le preocupa, y de este modo poder ofrecerle ayuda para solucionar sus problemas. Muy importante respetar que no quiera hablar, en este caso no se debe insistir, es preferible dejarle a su aire.
  4. Evitar riesgos: Si su comportamiento se muestra descontrolado, será necesario eliminar objetos peligrosos del entorno. Por ejemplo, en niños que se tiran al suelo y se revuelcan descontrolados será necesario apartar objetos con los que puedan golpearse.
  5. Premiar la amabilidad: Cuando el niño actúe de modo amable (preguntando, pidiendo con amabilidad, colaborando) es beneficioso elogiar y recompensarle. Basta con un gesto de agradecimiento, con una caricia y con una frase de orgullo. De este modo aprende que este tipo de conducta tiene consecuencias agradables.

Gema ValenzuelaSi quieres realizar alguna consulta en relación al comportamiento de tus hijos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

Gema Valenzuela

Psicóloga Sanitaria

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Fundación María Jesús Álava Reyes

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